
y sé que los cambios empiezan desde dentro.
Si eres lector habitual sabrás que soy de Ibiza y si te pilla por sorpresa, ¡TACHÁN! Soy de Ibiza.
Donde existen maravillas naturales.

Cuando naces y creces rodeada de mar y verde, tus células se ponen contentas y se acostumbran rápidamente a estar en armonía. Sumergiéndote en agua salada, caminando escarpadas montañas, senderos creados entre frondosos bosques y demás. Claro que a tus células del cerebro, las neuronas, les va la marcha. Es muy fácil perderse en esta isla debido a los refuerzos positivos e inmediatos que trae el desenfreno, la gracia está en conseguir el equilibrio.
A mí, que soy la única mujer de Ibiza a la que conozco que piensa como yo (en verdad sólo cada uno de nosotros, piensa como cada uno de nosotros, pero así queda como más único y reseñable), me da por imaginar ésta diferencia de posibilidades ibicencas y las relaciones interpersonales, ya que son las cosas que estoy acostumbrada a ver y apreciar.


Ha habido momentos de mi vida donde me he visto “mendigando amor”, es decir, esperando cosas que sólo están en mis deseos y como consecuencia, faltándome al respeto. En otros momentos, o en los mismos, he evitado hablar de expectativas por miedo a “agobiar” o ser “demasiado intensa”. Por otra parte, no he sido consciente de mi disponibilidad ni el trato que ofrecía, tampoco de los planes que proponía y aceptaba. Tan siquiera he llegado a darme cuenta de si hablaba mucho de mí o preguntaba demasiado por los otros. A veces, incluso, he exigido atención y apoyo. O quizás he sido demasiado invasiva. Pero da igual, ya fue. Toca analizar y aprender.
Durante estas dinámicas comportamentales,
me acercaba al mar y pensaba en lo inmenso que se veía desde la orilla o la montaña.
Miraba las olas, arriba y abajo, para adelante y para atrás… como si fueran los pensamientos que inundaban mi área prefrontal del cerebro, donde se supone que se controla la atención.
Y ¡Pam! Para pasar sin hundirme sobre las olas y sin poder separar las aguas, tendré que aprender a surfearlas. Mi cerebro decidió percatarse, gracias a los sentidos y la subjetiva interpretación de los mismos, de que había cosas que no le hacían sentirse bien. Así que ¡pam pam! fijaba la vista en el mar, me imaginaba en barco y me visualizaba surcándolo. En la realidad, el mar disponible es mi vida y el barco es mi cuerpo, no hay nada más.
Entonces, me percaté de que voy a estar toda mi vida con mi mar y mi barco;
las dinámicas establecidas por diferentes relaciones las empecé a percibir como agujeros en el casco (parte baja del barco). Sentía que me hundía si no prestaba atención a lo que provocaba agujeros.

Empecé a escribir, entre comentarios y risas que hacían visibles los agujeros del casco.
Así que empecé a tapar los agujeros con verdades, el problema está en que sólo eran mis verdades y sentía (y a veces siento, porque tengo 24 años y unas hormonas revolucionadas) una necesidad imperiosa de hacerlo, lo que me llevó a la impulsividad.
Dicho lo dicho y después de bastante introspección, ESTOY APRENDIENDO a tener responsabilidad afectiva para intentar que esas relaciones interpersonales con dinámicas cuestionables para mi barco, puedan llegar a solucionarse, en lugar de ser rellenadas con otras relaciones.

Esta mierda que tanto cuesta se logra dejando claras las expectativas y sentimientos que se tienen sobre el tipo de relación que se establezca, comunicando lo que se tenga que comunicar de forma genuinamente sincera, sobre todo cuando se está en la cresta de la ola.
Eso de: “vamos viendo y lo que surja” es la mayor gilipollez que se ha puesto de moda entre los jóvenes, colega. Por ello, trato de colocar el respeto frente a mi discurso, cuidar a quien me dirijo y comprender que todo lo que digo tiene repercusiones en la otra persona. Sin embargo, esto no se puede lograr sin una comunicación genuina, como decía antes.

¡Y CUIDADO! Aquí me he anulado un puñado de veces, porque me cuesta leer contextos y no he querido, ni quiero, ni querré herir a nadie con mis palabras.
Aquí hago un breve parón para ver diferencias entre QUÉ ES y QUÉ NO ES responsabilidad afectiva:
- NO ES escuchar y NO cambiar nada de lo que te están comunicando que les hace sentir X (me lo han hecho en mis últimas relaciones, he decidido frenarlas y ahora me toca aprender de mis errores)
- NO ES ocultar sentimientos para NO herir (lo he hecho en mis últimas relaciones y supongo que también me lo han hecho a mí)
- NO ES esperar a que adivinen qué nos pasa (a consecuencia, también lo he hecho y me lo podrían haber hecho también)
Responsabilidad afectiva SÍ es:
- Ser una persona sincera que no oculta información para que la persona con la que nos comunicamos también pueda tomar decisiones sobre el curso que lleve la relación.
- Tratar de comprender y hacer que se note para que la/s otra/s persona/s lo sientan.
- Analizar cómo te sientes y expresarlo asertivamente.

Las movidas de las relaciones interpersonales es que van más allá de mí misma y aunque a mí me pese que te cagas mi barco, hay muchos más barcos en el mar. Por ese motivo, si quiero navegar con los demás tengo que mantenerme entera para tapar mis agujeros e intentar dar herramientas a los otros para que tapen los suyos. Vamos, trabajar la empatía y evitar el egoísmo. Pero bueno, es normal tener agujeros sin tapar y mal tapados, motivo por el cual habría que ayudarse aprendiendo a pedir perdón y perdonando, errores cometemos todos.
Lo del rencor ya lo tratamos otro día.
Ser responsables de que podemos hacer agujeros y detectar cuando empiezan a hacérnoslos es crucial para seguir navegando con viento fresco. Así que unos tips que voy aprendiendo para cerrar agujeros serían:




Las relaciones que suman se construyen sobre una comunicación sana, con respeto y confianza. Donde cada integrante de la relación se siente valorado, respetado y sabe que se respetan sus límites (físicos, emocionales y sexuales).
Debido a carencias y LÍMITES QUE NO HE PUESTO en las interacciones, he dejado atrás relaciones importantes para no hundirme y del dolor de que ya no estén he aprendido esto aunque a veces se me olvide.
Así como me he dado cuenta de que soy una motivada de la vida y me comprometo fácilmente, por lo que tengo que empezar a poner filtros para no perder la voluntad que me permite continuar navegando con tranquilidad, sin necesidad de saber hasta qué puerto llegaré.
Me siento libre así, pero mi libertad supone mucha responsabilidad y por eso poca gente puede formar parte de este tipo de libertad que pienso fortalecer cada día a base de: quererme, comunicar mis sentimientos, hacer preguntas y escuchar respuestas, comunicar lo que me molesta, decir lo que me gusta de la gente (No recuerdo cuándo ha sido la última vez que alguien me ha dicho algo que le gusta de mí ¿Nos decimos cosas bonitas que sean sinceras y no gilipolleces de “eres la mejor u otras etiquetas abstractas que no indican nada específico”?) tener espacios sin apego ansioso, aceptar que no estoy de acuerdo con la peña, perdonar y pedir perdón, apoyarme en la gente y cuidar mi salud (física, psíquica, sexual).
Y haré estas preguntas a menudo hasta que me salga automáticamente:

Las relaciones son complicadas que te cagas, así que si respondemos a todas las preguntas que sí, digamos que no nos harán un agujero en el barco. Pero si la respuesta a dos o más es NO, corremos el peligro de hundirnos.
Para mantener buenas relaciones, se requiere trabajo duro. Así que estaría guay que empezáramos a ver más normal eso de preguntar sobre qué crees que se podría mejorar; saber lo que a una misma le molesta y considerar la posibilidad de buscar ayuda a personas externas a la relación afectiva formada (no me refiero a parejas en exclusiva) y si no nos sirve, pues a un profesional que para eso están.

O si eres como yo y tiras por la borda construcciones forjadas durante bastante tiempo, te/me recomiendo ir DIRECTAMENTE a un profesional, porque aquí hay algo que no funciona bien. Y también visitar la naturaleza de Ibiza, que mientras no vas a los profesionales por estar rumiando sobre tus decisiones, está muy bien.

También comunicar que estaré varios domingos sin escribir, tengo exámenes dentro de poco y centraré toda mi energía en rutina de estudio y ejercicio para que me sea más llevadero lo de echar de menos a mi relación perdida.
Me gusta, mucho, sobretodo porque creo que es fundamental todo lo que has escrito. Si hilara fino creo que el único problema es la madurez mental que la persona tiene al «enfrentarse» a estas situaciones, saber reconocerlas y, sobretodo, saber extrapolarlas para entenderlas mejor.
Me gusta como escribes y piensas, y creo que puedes ayudar a mucha gente a ser y estar mejor
Dale caña Nora, que para cuando tengas todos tus titulos tu bibliografía le hará sombra a todos los diplomas 💪
Muchísimas gracias Marc,
tu comentario es un gran elogio para mí en estos momentos, me alegra mucho que percibas mi pensamiento y escritos sobre los mismos así.
La tristeza siempre me ha llevado a reproducir cosas bonitas y cada vez me saldrán mejor, porque estoy súper triste y puedo ponerle solución. Lo que aún no sé cómo y tengo que descubrirlo por mí misma 🙂
Gracias otra vez, por leerme y comentar favorablemente al respecto
¡Abrazo!
Siempre he afirmado que a un hombre hay que darle de comer poco a poco.
Soy de los que piensan en que la mujer siempre te elige.
Hay que darse tiempo para conocerse y tener cuidado con los «amigos´´ después de una ruptura, porque en los momentos de vulnerabilidad sentimental hay personas sin escrúpulos. Son conductas moralmente inaceptables y reprobables.
Un error muy común, es suplir rápidamente las carencias afectivas con otra persona sin haberse dado un tiempo razonable, es decir, no se puede iniciar una relación sin haber pasado página.
El ejercicio físico es la mejor terapia para superar el mal de amores. Sí hay que levantarse a las 03h de la mañana porque la ruptura sentimental no te deja dormir y te apetece irte a correr, pues te vas.
Hay que tener cuidado también con algunos consejos de la gente y hacer pagar a otras personas tus frustraciones personales.
Un saludo.
Hay que tener cuidado con las afirmaciones que hacemos, ya que suelen estar encarceladas por distorsiones cognitivas creadas por nuestro ambiente.
Los «siempre» y los «nunca» suelen llevar a error y la probabilidad aumenta cuando se trata de juicio hacia humanos.
Muchas veces, esas personas sin escrúpulos, ni se dan cuenta de serlo. Ya que estamos en un periodo vulnerable después de una ruptura, llegue el mensaje que llegue, tiene muchas posibilidades de transformarse en algo dañino…
El tema de tratar de solventar las carencias afectivas con sobreestimulación está muy presente y me es muy familiar. Es importante darse cuenta y, como bien señalas, pasar página es importante por respeto a los sentimientos tanto propios como los de otro u otra.
Coincido en que el ejercicio físico es de las mejores terapias, pero si no lo acompañas de una reestructuración cognitiva lo que propicia son más bienestar mientras duren las hormonas chachis (dopamina, serotonina…) en el cuerpo, después te encuentras con los problemas otra vez.
En mi opinión, hay que tener cuidado con la gente, en general. Respetando la libertad del otro individuo y procurar comunicarte correctamente para saber cuando es mejor soltar una relación para que los costes no sean mayores que los beneficios actuales. La vida es corta.
Otro saludo.