A veces me flipa estar triste porque me centro mucho en mí y disminuyo mi atención en otras movidas que captan todos mis recursos cognitivos. Así que, me vuelvo una persona tristemente feliz que evalúa todo de lo que se acuerda que la ha llevado hasta la situación en la que se encuentra.


Durante todas las respuestas emitidas que me han llevado a estar triste por tomar decisiones que me sacaban de lo que estaba acostumbrada, he ido dándome cuenta de que tengo que prestarle atención a varias cosas antes de compartir palabras de forma irreflexiva. No te voy a engañar, es un rollo, pero este año cumplo un cuarto de siglo y me tengo que ir preparando para ir a vivir fuera de la isla en la que estoy acostumbrada a estar. Así que, allá van…

(Quiero dejarlas apuntadas para volver a ellas siempre que lo necesite y espero que a ti también te ayuden. Así como espero tener en mente hasta el día que me muera que quiero pasar de ser una máquina bien engrasada con el amor de las personas que me rodean y los valores que me han aportado a una colmena con muchas actividades divididas en los distintos panales como las abejas).

Mis ambientes han cambiado mucho a lo largo de mi vida. En Ibiza me molaba la movida urbana, el baloncesto, los patines, quedar con mis colegas, con mi novio de entonces, escuchar los dramas de la peña, rap, pasar el rato… o eso tengo entendido.

Después mi ambiente fue el hospital, viendo a gente muy chunga que ha estado cerca de la muerte, el cuidado de las rehabilitadoras, que me trataran como a un bebé, seguir escuchando movidas más y más tochas. Dejar el hospital e ir a Ibiza, rodearme de peña de la que casi no me acuerdo pero que parecen quererme mucho y sonreír todo el día por ver a gente sana a la que parece quedarle mucha vida por delante.

Más tarde fueron las aulas, demasiada gente, muchas cosas que hacer y mucho ruido. Quería estar tranquila y sentirme segura, sin tanto tumulto. Creo que eso, entre otros factores hormonales, me llevó a querer estar en pareja. Lo cómoda que está una con una sola persona a la que prestar atención y siendo irresponsable afectivamente con ella misma y con los demás, válgame.

Después de tanto contraste ambiental, una se para a analizar cómo le afecta en su conducta y en sus pensamientos los lugares en los que está. De pensar que todo el mundo es bueno e inteligente a que todo el mundo es malo y gilipollas pasé en unos años, desde que me metieron en el instituto y no entendía las interacciones sociales.

Luego me percaté que ni todo ni nada, que hay un poquito de cada y que yo tenía que ser habilidosa para ser un poquito de todo según el ambiente donde esté.


Pero vaya, como en otros muchos casos no podemos controlar el ambiente, hay que pasar al punto 2 y tratar de pisparnos sobre cuál es el miedo real que provoca el estado ansioso con el que me relaciono en el ambiente.

Afrontar lo que me hacía estar a disgusto pasó a ser mi responsabilidad cuando me percaté de que el ambiente influye, pero que yo era la que podía permitir hasta qué punto observando mis reacciones y escuchando las opiniones de personas que me quieren.  Así que empecé a hacer preguntas del rollo de las que he puesto en la imagen y sigo haciéndolas cuando encuentro alguna dificultad, ejemplo:

* Este año he suspendido alguna asignatura de la Universidad. 

  1. ¿Es el ambiente? Pasaba mucho tiempo estudiando en otro entorno que no era la biblioteca, probablemente afectara a mi atención.
  2. No estaba suficientemente estimulada ni con cosas que hacer porque mi perra murió a finales del año pasado, gente importante para mí no estuvo conmigo y no veía más allá de eso porque tengo miedo a que quien me quiere no esté conmigo. Cositas que te deja el casi morirte en la memoria, pero estoy trabajando y lo superaré. No te apures.
  3. Necesitaba organizarme y crear espacios tranquilos, que organicé y creé.
  4. Me tranquilicé.

Entonces, pasamos al * 2:

  1. ¿Soy yo la que tiene problemas para abordar esas asignaturas?
  2. ¿Algo de lo que hago diariamente me cansa?
  3. ¿Estoy nerviosa por algo que está en mi entorno?
  4. ¿Me falta inspiración en lo que hago?
  5. ¿Me estoy dedicando tiempo suficiente?
  6. ¿Soy sistemática en lo que he planeado/propuesto para este año?
  7. ¿Presto atención suficiente a lo que necesita mi entorno y les pregunto?

Mis asignaturas son abordables con trabajo y constancia, si hubiese problemas por eso tendría que modificar lo que influye en mi rendimiento. Cosa que me lleva a la siguiente pregunta planteada ¿qué me cansa de lo que hago diariamente? ¿Estoy nerviosa por algo que está en mi entorno? Probablemente fuera por expectativas encubiertas que una tiene y que eso me llevara a que, lejos de estar satisfechas, hicieran que me desilusionara derivando en desatención. A consecuencia de esa chorrada y por prestarle atención a pensamientos inútiles, he ido alejándome de lo planeado. Derivando en estar a disgusto conmigo y por tanto, no cuidar de los demás.

Pero, ¿qué haría una persona responsable en esta situación?
Una persona responsable tendría cuidado de sí misma y responsabilidad afectiva para con el resto, respetándolos y respetándose. Eso sí, una no se acuesta siendo irresponsable y se despierta siéndolo. Muchas de mis conductas inadecuadas son hábitos muy arraigados que lleva tiempo eliminar. Aunque es difícil hacerlo, un buen consejo que me doy es que sea paciente conmigo misma y procure no autosabotearme dejando de hacer caso a mis choques internos (eso de me gustaría hacer…pero me da palo esforzarme en eliminar algo a lo que estoy acostumbrada) y sea capaz de integrarlo todo.

algo así como mi cactus-brócoli, que es un híbrido entre lo que es (un cactus) y lo que en mi imaginación trataba de ser (un brócoli).

Por una parte, no me acepto excusas, porque solo transmiten o evitan la responsabilidad.
Ni siquiera entro conmigo en si son excusas o qué mierdas son las cosas que me digo en estos casos, en su lugar es mejor que me pregunte ¿qué puedo hacer la próxima vez que ocurra una situación similar? y me ponga a analizar, como estoy haciendo ahora, lo que me lleva a tomar decisiones.
Puede sonar muy tajante el cómo me hablo, pero no lo es, pruébalo si quieres y si te sienta mal añádale un “cariño” o algo así. Jaja ok no. Ponte una recompensa por haberlo intentado.

Por otra parte, si la recompensa autoimpuesta no te va bien, el refuerzo social es algo que como animales culturales que somos nos va dpm. En mi caso, busco mantener conversaciones con mis amigas de confianza y mi familia para que participen en ciertas tomas de decisiones que creo que les pueden afectar en algún aspecto (ya sea porque a ellas les influye o por cómo me influye a mí y por tanto repercutirá en ellas) y me ayudan a darle sentido a mis sensaciones y a ordenar mis pensamientos.

Y con las personas que me importan (spoiler: todas) intento mantener conversaciones para manejar problemas de comportamiento en cualquier asunto de interés que nos atañe, como animales culturales que somos, repito.

Las otras personas son un misterio para mí, porque no puedo controlarlas como a mí pero sí que interactúan conmigo y tienen influencia en mí. Entonces, cuando me siento sola en compañía y ya he pensado en todo lo anterior, es cuando tengo que tratar de enfocarme en las acciones específicas de la persona en cuestión porque igual le pasa algo. Intento atribuir sus buenas acciones a su esfuerzo y capacidad para lograrlas, elogiarla de manera espontánea para que sea consciente de que la valoro, referirme a su rendimiento anterior para el alcance de los resultados que hoy se tiene, individualizarla y usar la variedad, felicitarla de inmediato, señalar las estrategias que vea correctas para alcanzar las acciones que se proponga, ser precisa y hablar con claridad, mantener conversaciones en privado y enfocarme en el progreso.
A veces las personas necesitamos mimitos, como yo hoy, que me ha bajado la regla y solo quiero que me abracen.

Lo que veo que no debo hacer y me lleva al autoengaño es enfocarme en el rendimiento general o global, atribuir las buenas acciones a la suerte o a la ayuda de otros, elogiar de manera predecible y sistemática, pasar por alto el rendimiento anterior que ha llevado a los resultados visibles, valorar a todo kiski del mismo modo, prestar atención después de la realización de las acciones y no durante el transcurso, felicitar algo que no merece ser felicitado, valorar en público y enfocarme sólo en el desempeño actual. 

Y si la cosa sigue sin llenarme o creo que puede ser perjudicial a futuro, aplicar estrategias preventivas y proactivas para no enredarse en mierdas reactivas y tomar decisiones desde la calma y la reflexión.

Te aseguro que voy a ser mi mejor versión

Dicho esto, me declaro fan de los errores aunque a veces me coma la cabeza y piense en las impresiones que causo al resto con las miles de veces que me equivoco, pero bueno, ya intentaré ser más prudente cuando sea más apañá. De momento tengo 24 años, una cara muy simpática y muchas movidas no asentadas en mi cabeza que seguiré compartiendo y dándoles sentido como para pensar en qué impresión causo.

Gracias a todas las personas que han pasado por mi vida, tenéis la puerta abierta para volver cuando queráis. 

Como resumen: para tener buenas relaciones con los demás tengo que fijarme también en qué le gusta a las personas que me rodean, cómo acostumbran a resolver los problemas, hablar con ellos sin esperar que cambien y felicitarme yo solita mis intentos por entendernos. Así como demostrar con hechos y palabras que me doy cuenta de las movidas que hagan para que la otra persona tenga un feedback de su conducta. Si haces algo por mí y aún no te he agradecido, dímelo, puede que no me haya dado cuenta.

2 comentarios en «Guía para tomar decisiones tranquilita»

  • Buenas noches,
    Yo creo que es una cuestión de prioridades y de organización simplemente.
    Has oído el famoso refrán: quién mucho abarca poco aprieta.
    Sí ya los estudios provocan un gran estrés, no puedes estar pendiente también de los amigos, debes dejarlos de lado de manera temporal y ellos deben de entenderlo.
    Debes encerrarte como una monja de clausura en un convento. Es algo que dura aproximadamente un mes cada parcial, enero/febrero-mayo/junio.
    En la UNED he conocido a personas casadas, con trabajo e hijos que se sacaban un curso por año, y eso tiene un mérito increíble. Sabes cómo lo hacían, pues durmiendo cuatro horas diarias, estudiando después de cenar y los niños acostados, otro poquito al mediodía en un hueco y aprovechando al máximo los fines de semana y festivos. Evidentemente, un miembro de la pareja debe hacerse más cargo de sus vástagos, tareas del hogar, compras, etc.
    Es por ello, que siempre digo que la solidez de un matrimonio se demuestra en los momentos difíciles, tales como la enfermedad, las estrecheces económicas, el caso que nos ocupa y un largo etc.
    Aquí entramos en un debate complejo, porque no todas las personas tienen la misma capacidad de soportar el estrés o de llevar bien muchas actividades diarias.
    Sí, ya sé que eres joven y quieres vivir la vida, que tus amigos son muy importantes para ti, la fiesta y diversión, etc; pero cuando estás preparando los exámenes el tiempo es oro.
    No olvides que tus padres depositan sus esperanzas en ti, no les defraudes. El deseo de cualquier progenitor es que sus descendientes sean mejores que ellos en todos los aspectos sociales, económicos, laborales, etc.
    Debes contemplar otras variables que pueden influir en tú rendimiento, la alimentación, distracciones, dispersión, etc. Cuidado con el abuso del café porque puede producir deshidratación y arritmias.
    Un saludo

    • Buenas noches Bernabé,

      empiezo por el final: espero no deshidratarme ni tener arritmias, gracias por el aviso, me has hecho reír.

      Volviendo al principio, las prioridades y la organización no son mi fuerte. Pero no dejo de intentar trabajarlas, fue uno de los motivos por los que acabé en esta Universidad. Mis amigos me entienden, sin embargo, el estrés que me provocan los estudios y las obligaciones autoimpuestas como hacer ejercicio, mantener en orden mi casa y otras parafernalias hacen que me cuesten las cosas una barbaridad. Aunque mi vida familiar sea muy buena, claro.

      Las contemplaré, gracias por tu consejo.

      Otro saludo

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