¡Hola cafeteros de domingo!
Vuelve a no ser la hora de tomar el café, pero aquí estamos, reflexionando con agua.
La cual acaba de hacer la función de regar el cactus que me regaló un buen amigo.



Voy a hablar de:
1. Identidad

2. Frustración

3. Aportaciones 

La máxima con la que quiero seguir el texto es:
“Nada es lo que parece”

Hoy he ido a una exposición sobre construccions identitàries y me ha dado un vuelco el corazón cuando he empatizado con personas que no se sienten a gusto con su apariencia hasta que logran dar un cambio aparente.
He leído diferentes historias donde rezumaba un hedor terrible a insatisfacción cuando no se mostraban al mundo como se reconocen a sí.
La película cambiaba si conseguían hacer coincidir al mundo de las ideas y al mundo de las cosas (no me gusta Platón, pero entiéndase la analogía).

Voy a INTENTAR dar una pequeña explicación a lo presenciado hoy para hacerme a la idea de alguna razón sobre el surgimiento de la frustración.
En varias historias leídas coincidían los puntos de: “no sentir concordancia entre lo que creo que ven y lo que siento, no sé si esto ha sido una interpretación mía o verdaderamente es así.
Por tanto, si alguien se encuentra en esta situación,
¡Me encantaría tomar un café con él o ella!


Pero sigamos, la identidad es un conjunto de valores, pensamientos, recuerdos y elementos contextuales que constituyen la personalidad, el carácter, el modo de vida y la forma de actuar de un individuo.
Se conforma y se va transformando en cada persona, adaptándose tanto al medio como a la cultura de la que forma parte.
Por tanto, la identidad estará vinculadísima no solo con los procesos cognitivos, sino con la memoria, el rollo hegemónico que impere en la sociedad en la que se encuentre y las relaciones interpersonales que llegue a establecer.

A partir de esta definición, entiendo la identidad con el ser.
Lo que dará como resultado:
SER = valores + pensamientos + recuerdos + elementos contextuales + memoria + hegemonías de la sociedad + relaciones interpersonales.

CHULETA:
La ética es la cima de nuestra cultura.
Cuando se tienen unos valores propios, creo que se forma la identidad pura, una persona que duda de lo que le ha dado coherencia al mundo en el que vive.
Los pensamientos se pueden moldear porque son como las conductas (creedme, días atrás me he machacado hasta sentirme la peor persona del mundo). Eso sí, aunque se moldeen, no se desaprenden en su totalidad (no seamos optimistas boludos) y tenemos que aprender a tener una conversación más asertiva con nosotras mismas.
(Comentaré más sobre esto cuando me acabe el libro de B. F. Skinner
Walden 2
)
Los recuerdos son modificados por nuestra mente e incluso ésta los crea a su parecer.
Éstos están estrechamente relacionados con el estado de ánimo en el que nos encontramos.
En el enlace adjuntado se encuentra un experimento que posiblemente pases de leerte, así que te comento:
unos psicólogos cracks llamados Henry L. Roediger III y Kathleen B. McDermott estudiaron las falsas memorias con dos listas de palabras que se pedía que leyeran sin mucha atención.
Las palabras presentadas estaban asociadas con un tema en cuestión y cuando se les enseñaba unos términos, creían haberlos leído.
Me explico:
eran listas relacionadas (palabras = tema)
ejemplo:
descansar, dormir, sentar… aparecían en la lista presentada.
Pues las que creían haber leído eran: cama, silla…
Entonces… ¡Procura encontrar situaciones que te generen emociones parecidas a recuerdos que quieras tener presentes!


¿Si intentamos controlar esos factores podríamos evitar la frustración?

Como de momento no tengo respuesta para esta pregunta, pasamos a los consejos para gestionar la frustración que sé que funcionan:

1. Tomar DISTANCIA con lo que hace que te frustres.

2. No fustigarse por sentir frustración, expresarlo asertivamente y ampararte en cultivar tus valores

3. Cuando se te pase el subidón de la frustración, entra en acción y toma alguna decisión (a mí me funciona escribirlo)

4. Distinguir entre deseos, necesidades y realidad.
Diferenciar entre lo que quieres,  lo que necesitas y lo que realmente puede darse. CONFUNDIMOS deseos (“quiero que X haga Y”) con las necesidades personales, como las de reconocimiento, protección o aceptación (necesitar que X me rellene la carencia que tengo) o con lo que realmente puede ocurrir teniendo en cuenta las circunstancias del momento (realidad: X pasa de todo, no tiene tiempo y no le aporta nada a nadie si no está en su circulo íntimo).
Vamos, ajustar necesidades a realidad.

5. ¿TENGO QUE ACEPTAR ESTO O PUEDE CAMBIAR?
Las relaciones interpersonales tienen que ser sanas.
Para ser sanas, tienen que aportarse en un 50/50.
Yo te escucho, tú me escuchas.
Yo hago esto por ti, tú esto por mí.
Yo te hago compañía, tú me haces compañía.
ETC ETC ETC

En fin, la de siempre: ¡APORTA O APARTA!
Establece una economía de personas, recuerda que tenemos una capacidad atencional limitada y las cosas para que florezcan tienen que recibir atención.

¡Pasa una magnífica semana!
Y hasta el próximo domingo.

¡Buenos días, buenas tardes o buenas noches!




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