Lo que será este post:
– Descubrimiento del porqué hago otra reseña de Víctor y Rosa, pero esta vez conjunta.
– Interpretación un tanto abstracta (?) de los traumas y la autoestima.
– Espacio donde parar, curiosear, reflexionar, aprender y reír. Si tal.

Estupendo, hoy es lunes día 15 de julio, ayer jugó la Eurocopa España y ganó a Inglaterra. A mí me bajó la regla, por lo que podemos concluir que también celebré la roja. Esta mañana se me ha ocurrido esta genialidad en el baño y me he empezado a reír bastante así que quería compartirlo. Si no te hace gracia, igual te da asco porque culturalmente tendemos a esconder ciertos procesos biológicos normales, cosa que también sirve para activarse. O quizás nada, pero ya has prestado atención. Algo que estando de lunes se agradece, y más si no has podido dormir bien (con el escándalo de la celebración no me extrañaría) ¿de nada? Bien, empecemos con lo que iba…
En las últimas publicaciones hice breves reseñas sobre los libros de «Tus Microtraumas» y «Autoestima Punk» por separado, reinterpretándolos con 2 metáforas. Hoy tocan juntas con 1 metáfora.
En la primera reseña, comparé el desarrollo psicológico humano explicado por Rosa Molina con la construcción y mantenimiento de un portaaviones, destacando la importancia de las experiencias tempranas y el mantenimiento continuo para asegurar el bienestar a largo plazo. Durante la infancia, se establecen las bases emocionales y psicológicas, similares a diseñar los planos y montar las piezas esenciales del portaaviones. Las experiencias significativas durante la infancia y adolescencia afectan nuestro desarrollo emocional y de afrontamiento, comparables a encajar los componentes del portaaviones. En la adolescencia tardía y adultez temprana, lidiamos con problemas utilizando las herramientas adquiridas y ajustamos nuestras estrategias, como probar el portaaviones en el puerto y en el mar. Viene a ser necesario mantener la salud mental y ajustar estrategias continuamente, al igual que el mantenimiento constante del portaaviones.
Visualizo y explico el cerebro como un portaaviones con aviones excitadores (estrés) e inhibidores (relajación) para intentar ilustrar cómo los eventos traumáticos pueden desorientar nuestra «torre de control» y causar reacciones desproporcionadas.
En la segunda, utilicé la metáfora de la oruga que se convierte en mariposa para ilustrar el proceso de transformación personal. Cada persona está en una fase diferente del proceso, y es crucial reconocer nuestra etapa y transitarla con habilidad, aceptando que todo cambia inevitablemente.

Finalmente, vamos a la unión de ambas ideas: imagina un portaaviones surcando los mares, una estructura imponente y robusta, construida meticulosamente desde sus cimientos. Cada pieza está encajada a la perfección, representando las experiencias y enseñanzas de nuestra infancia y adolescencia. Este portaaviones sería el centro de control que gestiona la vida con precisión.
Encima de este coloso flota un cerebro punk, con una estética rebelde y con alas de mariposa coloridas. Este cerebro punk simboliza la transformación y el espíritu indomable que llevamos dentro. Las alas de mariposa representan la capacidad de cambio y evolución, recordándonos que, aunque nuestro cerebro es fuerte como un portaaviones, también tiene la capacidad de renovarse y elevarse por encima de las dificultades.
Los aviones excitadores e inhibidores, que despegan y aterrizan en el portaaviones, ilustran nuestras respuestas al estrés y la relajación. La «torre de control» de nuestro cerebro punk gestiona estos aviones, manteniendo el equilibrio entre la alerta y la calma. Sin embargo, una «paloma» inesperada, un evento traumático, puede desorientar la torre de control, causando caos y reacciones desproporcionadas.
Lo que podría venirnos a recordar que, aunque la estructura básica y la funcionalidad de nuestro cerebro se establecen en la infancia, siempre tenemos la capacidad de adaptarnos, transformarnos y elevarnos. Cada fase de nuestra vida, ya sea como una oruga en busca de crecimiento, un capullo repleto de contradicciones que necesita introspección o como una mariposa que despliega sus alas, es crucial para nuestro desarrollo continuo.
Ya para concluir y despedirme, me gustaría que esta abstracción nos llevara a evaluar la vida como un equilibrio constante entre la fuerza y la flexibilidad, entre el control y la capacidad de cambiar. Nuestro bienestar mental requiere tanto una base sólida como la habilidad de adaptarnos y transformarnos, asegurando así que navegamos las aguas de la vida con resiliencia y creatividad. Por eso es crucial el movimiento y exponernos a lo que no nos gusta. Ya nos quedaremos quietos cuando estemos muertos.
¡Salud, café y muchas filosofadas!
