¿Cómo las emociones afectan a tu vida siendo algo más que una ameba?


Bien, si lo sabes, te sientes mejor actuando en consonancia con ellas y si no lo sabes… sigue leyéndome y te haces una idea.

A mí el otro día me bajó la regla (sigo escuchando la voz de mi hermano mayor en el pasado diciéndome: “Nora, cuando te baja la regla no se tiene que enterar todo el mundo”) y cuando ésto pasa, lo de que me baja la regla digo, no el mensaje de mi hermano… me pongo bravucona y voy al gimnasio a entrenar fuerza
¿Pero tener ganas de hacer algo es suficiente para que te salga como esperas teniendo en cuenta que llevaba sin entrenar más de dos semanas?

Pues efectivamente, no. Pero terminaré esta anécdota para el final…

Para empezar una tiene la idea de que las cosas sean de una manera, pero esta manera de la que te hablo se presenta de forma regulinchi con respecto a la imagen creada que había montada en nuestra cabeza y empiezan a entrar así como sensaciones chungas relacionadas con la frustración que se manifiesta con conductas asociadas a alguna emoción o a algunas más que alguna sola, y se da un batiburrillo más complejo que el potaje en Andalucía. Esto inevitablemente nos lleva a la confusión.

#Tiemposinescribir #caféfilosofal #expectativas #frustración #emociones #batiburrillo #aturdimiento


Expectativas, frustración, emociones, batiburrillo de cosas y aturdimiento…

¿Quién no se ha emocionado alguna vez con algo que no sale? ¿Y qué pasa después? Pues te quedas chafada… ¿y qué se hace en ese estado? pues hacer algo. Porque incluso la no-acción ya es algo.

A veces me emociono tantas veces al día y lo regulo tan poco, que en el pasado he llegado a perder relaciones de años porque no me daba la gana sentirme frustrada por no cumplir mis expectativas de pareja o amistad ¿Es egoísta? pues probablemente sí, un montón, pero es que la peña también lo hace conmigo, aunque sea poniendo excusas. No sé si se pilla que cuando digo “conmigo” quiero decir que a ti también te pasa, porque nuestras vidas no son muy diferentes. Con el tiempo y la experiencia se va aprendiendo a regular las expectativas. O eso dice mi madre, a mí no me sale y fijo que a ti tampoco.

Por ejemplo, esas veces que te has dicho: “tal día empiezo el gym, como sano, hablo amable, entrego el trabajo, estudio, bla bla bla” pero que como has tenido que hacer vetetuasaberquéteinventas y no has podido. Luego te sientes desilusionada contigo misma, frustrada y porqué no decirlo… inútil.

A lo que una, con el tiempo y las ostias, se da cuenta de que si tiene el gym a tomar por culo, no prepara la ropa, no duerme bien, no tiene un horario regular, no organiza sus tareas y todas esas mierdas de la vida adulta responsable… NO CUMPLE CON SUS EXPECTATIVAS CONTROLABLES.

Y fíjate bien, sí sí, expectativas CONTROLABLES. Porque ya las que dependen de otras personas… están totalmente fuera de nuestro alcance.

Y te dirás: “ay, pues qué cosas, fíjate que yo tengo expectativas hacia los demás”. Y CLARO…porque ¿Qué son las expectativas si no unas creencias sobre cómo deberíamos actuar, tendrían que comportarse las personas o esperaríamos que se diera una determinada situación?

A veces me tienen hasta el coño las malditas ideas preconcebidas. Pero va bien eso de no imaginarte que cada persona con la que te cruces te va a matar… en fin, eso, que son útiles. Aunque tantas veces, tan asquerosas como cagar sin papel higiénico.

¿Y podemos hacer algo para cambiar esto?

Pues creo, y corrígeme si me equivoco por favor, que como dice mi madre… no queda otra que acumular experiencia y que la cosa se vaya regulando así como se pueda. Y si queremos ir más rápido podemos tocar el tema este de la introspección, los “valores morales”, la detección de patrones y el control de conductas… entre otras cosas más chachis como lo lúdico, pero eso pa otra entrada, que me pongo aquí a enlazar temas y acabo mañana…

Ya que por mucho que nuestro cerebro sea capaz de adaptarse a lo inesperado gracias a que cuenta con una maravillosa red de neuronas que hace predicciones sobre el mundo que nos rodea y monitoriza cómo de acertadas son esas predicciones en cuestión de supervivencia; el mundo social y la responsabilidad afectiva a veces parece que le viene grande.

De hecho, un estudio que se hizo en los Hospitales Universitarios de Ginebra, analizaba cerebros de voluntarios sanos con escáneres de resonancia magnética para ver como reaccionaban cuando miraban rostros humanos y tenían que predecir en qué caras estaba a punto de aparecer una araña. ¿Está guapo eh?

Mira, lo que hacían los experimentadores era poner un círculo negro o una araña en las caras. Y vieron que los cerebros que observaban en los escáneres reaccionaba igual tanto a la araña como al círculo. Sin importar si lo que había aparecido suponía un peligro (imagina que la araña era venenosa) o no tenía mayor relevancia (un fcking círculo negro).

Ya para concluir… es importante tener paciencia para detectar(nos) en diferentes situaciones de la vida cotidiana y pisparnos sobre cómo influyen las emociones en lo que hacemos y las expectativas que vamos creando a raíz de esto.
¿Y es importante porque lo digo yo? pues obviamente, no. Si no porque ésto afecta a las experiencias que vives. A tu vida, vaya. Pero me gustaría que quedara clara la idea de que no hay que machacarse, lo más seguro es que te falte experiencia (eso me digo yo cada vez que me equivoco y me quedo tan pancha)… y bajo el peso de 90 kilos a 75, porque mis cuádriceps tienen menos arranque después de un tiempo sin entrenar que lo que yo pensaba…

Ahora dime, ¿Te atreverías a desafiar las expectativas convencionales en tu vida y abrazar lo inesperado, incluso si eso implica romper ciertas normas sociales o perspectivas preestablecidas? 

Salud, café y muchas filosofadas 🙂

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *