¡Qué pasaaaaaa! Aquí estamos otra vez pa echarnos el café en diferido.

Cada vez me parece más importante mirar al futuro a pesar de los problemas presentes.

Pero no me imagino pensar en el futuro sin mirar hacia dentro, hacia los fundamentos mismos de nuestra comprensión del mundo… la búsqueda de lo esencial, lo primordial y lo no resuelto de nuestra corta existencia. Lo tradicional precede nuestro presente, y no lo estoy señalando como malo, sino como antiguo que echa tufillo y debería renovarse un poquillo.

Lo bueno de repensarlo y criticarlo es tener la oportunidad de liberarnos de esas ataduras conceptuales que mantiene limitada la comprensión de lo humano. En mis sueños húmedos intelectuales no llego a tocar la realidad, precisamente, porque son divagaciones todo lo que puedo llegar a soltar. Pero mis deseos influyen en todas mis acciones y éstas sí que repercuten en quien interactúa conmigo, en mayor o menor intensidad en función de su cercanía.

Por eso cada vez tengo más en cuenta de quién y de qué me rodeo, ya que ellos también me influyen a mí. Quizás no me importa tanto cómo seas sino hasta dónde eres capaz de ver. La esperanza que seas capaz de transmitir a los demás, las posibilidades y oportunidades que seas capaz de hacernos imaginar. Esto no puede implicar minimizar los problemas presentes en pos de un futuro apetecible, pero sí debe hacernos ver las movidas como desafíos que pueden ser superados con esfuerzo y perseverancia.

Ésta esperanza se trabaja y da fuerza para lidiar con dificultades permitiendo visualizar horizontes amplios y prometedores.
Sé de lo que estoy hablando.

¿Pero qué hay más allá de las etiquetas abstractas y tradicionales que llevamos escuchando hasta el presente? pues para hallar la respuesta tenemos que acallar nuestro propio ruido mental y adentrarnos en lo más profundo de nosotras para surgir con una mirada fresca y crítica con lo que la peña nos dice.

Esto nos permitirá educar nuestra mirada y ver más allá de las limitaciones impuestas por las estructuras sociales y culturales. Así como a imaginar un mundo donde nuestras necesidades, valores y anhelos se alineen. Cosa que da fuerza a su vez para trabajar en la construcción de esa idea montada en tu cabeza. Esta fuerza lleva a actuar con coraje y determinación, haciéndonos saber que nuestras acciones presentes tienen el potencial de moldear el futuro. Escribo estas líneas y me emociono por la pedazo de responsabilidad que tengo.

Esto que digo no son deberes introspectivos abstractos, nanai, es una labor activa de estudio y proyección que lleva a comprometerse con la compasión. Igual esto que te cuento no es más que un deseo de trascendencia ante lo que veo, un deseo cargado de emoción hacia lo que aún no es, pero podría ser. Es ese «casi algo» que me va a tener enganchada toda mi vida. Ese sueño hacia una sociedad justa, libre y solidaria. Pero todavía no. Aunque no dejará de inspirarme a ser más humana y explorar lo desconocido.

¿Qué debe significar realmente ser humano, vivir en este mundo y experimentar cada momento con toda su intensidad? No quiero jodidas abstracciones de lo que es y mi mente las crea sin que se las pida. STOP. El presente es mi meta diaria, lo que las cosas son necesita mi expectancia, el contacto genuino con la realidad y la comprensión profunda de lo que somos precisa de la colaboración de todas.

¿Qué significaría ser libre, amar, crear y soñar si no lo experimentásemos desde la comprensión? la respuesta a esta pregunta no se esconde en teorías complejas y quien nos marea la perdiz no está siendo sinceros con nosotras. Necesitamos sencillez y autenticidad en lo que experimentamos aquí y ahora. Lo que se sale de aquí me causa dolores de cabeza. Estoy preparada para descubrir la belleza en lo cotidiano, la profundidad en lo tangible y la fuerza en la esperanza que me enriquezca. Esto pasa sí o sí por la libertad. No una libertad teórica, no no, sino a una libertad que reside entre mis deseos y las posibilidades que me ofrece el mundo. La que me permite actuar y tomar decisiones con conciencia plena, sabiendo que lo que haga tiene repercusión en la libertad del resto. (COMO VOTAR) Y votar teniendo en cuenta esto.

Me siento tan atrapada cuando me veo ante un abismo de posibilidades abstractas sin saber qué camino tomar…que al final, como te decía, voy a lo concreto. A la libertad. Algo tan difícil de definir que siempre me voy a lo que NO es y así acabo antes: la libertad NO ES: ausencia total de restricciones (hay límites), hacer daño a los demás (física, emocional o económicamente), apatía o indiferencia (la participación en la toma de decisiones is very important), licencia para ignorar las leyes, libertad sin responsabilidad o igualdad absoluta (diferente a ofrecer oportunidades equitativas)

Terminaré mi intervención con una gran frase que nos dejó Antonio Escohotado:

«El que pise la libertad de mi vecino me está pisando el cuello. Lucharé a muerte por la libertad de mi vecino. Es reconocer que el otro es por lo menos tanto como tú«.

¡Salud y muchas filosofadas que te lleven a la acción!

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